jueves, 1 de marzo de 2018

Crea TPP inédito escenario de tratados para México

Mauricio Jalife.- El relanzamiento y consecución del Transpacific Partnership Agreement, hoy rebautizado como Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), puede ser visto como una confirmación del compromiso de nuestro país con el libre mercado y la intención enfática de abrirse puertas en nuevos países. 

Ante la súbita salida de Estados Unidos de las ya muy avanzadas negociaciones del TPP, en cuanto el presidente Trump asumió el cargo, parecía que el atractivo de formar parte del club habría perdido su principal motivación, consistente en igualar condiciones arancelarias con otros competidores que amenazaban con superar a nuestro país en ofertas de exportación de maquila electrónica y textiles. Una vez superada la crisis generada por la salida del 'hermano mayor', los 11 países restantes, pertenecientes a cuatro continentes, decidieron aprovechar lo negociado para impulsar el comercio entre sí.
De hecho, la firma del tratado está emplazada para el próximo 8 de marzo en Chile, configurando con ello un escenario inédito en materia de negociaciones internacionales para nuestro país, ya que de manera simultánea esta en jornada de cierre del Tratado con la Unión Europea, y en puntos climáticos la renegociación del TLCAN. Si todo fuese en la misma línea podríamos asumir que son capítulos de la misma saga, pero al menos en ciertos capítulos, como propiedad intelectual, las tendencias en puntos críticos marcan contrapesos difíciles de resolver.
Una primera observación apunta a señalar que ciertos compromisos asumidos, por ejemplo, en materia de patentes farmacéuticas, han sido suspendidas hasta que, eventualmente, Estados Unidos decida reintegrarse al Tratado. En ese renglón se ubica la polémica figura de la prórroga de vigencia de patentes, la protección de nuevas formas farmacéuticas y la protección de datos clínicos, entre otras. Este hecho marca de manera clara el nombre y apellido de quien provenía la imposición para asumir estos discutibles estándares de protección, en una materia tan sensible como la salud pública, y sólo el tiempo dirá lo que nuestro vecino ha perdido en términos de liderazgo y nuevos parámetros de referencia para otros tratados comerciales en formación.
El otro tema que sobresale en este sprint final de cierre de tratados, es la visión contrapuesta sobre la regulación de indicaciones geográficas, que es el tema que de manera más sensible enfrenta a la Unión Europea con Estados Unidos. Mientras que el primero pugna por el reconocimiento irrestricto a sus nombres geográficos de quesos, vinos, cervezas y cárnicos, los segundos pretenden mantener el acceso abierto a su uso cuando han sido empleados como términos genéricos. En el debate hay miles de productores para los que el movimiento de la regulación incide directamente en su supervivencia.
Lo que no se mira claro es la forma en que nuestro país resolverá el acertijo, ya que con el texto actual del CPTPP estaría asumiendo obligaciones que en materia de indicaciones geográficas son contradictorias con la reforma aprobada por el Congreso recientemente, y con lo negociado por nuestro país con Europa. Como dirían los clásicos, muy interesante.