miércoles, 1 de noviembre de 2017

España: Fernando Lamata califica de “robo” el sistema de patentes farmacéuticas

 Fernando Lamata, esta tarde en la Facultad de Medicina de Ciudad Real / Clara Manzano

lanzadigital.- El exconsejero de Salud de la Junta ha denunciado en la Facultad de Medicina de Ciudad Real la voracidad, tolerada por los gobiernos, de la industria farmacéutica y los sobrecostes que encarecen el sistema sanitario e impiden a los pobres acceder a los medicamentos. Lamata ha participado en las Jornadas contra la Pobreza de la UCLM 

Fernando Lamata, una de las voces más críticas contra el sistema de patentes de los medicamentos, que ha hecho crecer de manera exponencial el beneficio de la industria farmacéutica en los últimos veinte años, ha asegurado hoy en Ciudad Real que este modelo “es una de las formas más claras de robo que existen”.
El experto en gestión sanitaria y exconsejero de Salud de la Junta de Castilla-La Mancha asegura que este monopolio para fabricar un determinado medicamento, que dura veinte años e impide a otros laboratorios comercializar algo parecido hasta que no pase ese tiempo, se ha visto superado por las circunstancias. “La idea era que tuvieran tiempo para recuperar lo que invertían en investigación y comercialización, pero en la práctica sirve para que investiguen en lo que quieren, es decir, en los tratamientos que dan beneficio económico”.

El acceso a los medicamentos y la pobreza

Lamata ha sido uno de los ponentes de la mesa redonda ‘El acceso a los medicamentos y la pobreza: un reto del siglo XXI’, dentro de las Jornadas contra la Pobreza que está celebrando desde mediados de mes la Facultad de Medicina de la Universidad regional en Ciudad Real. Esta tarse el debate se ha centrado en las enormes dificultades que tienen los países más pobres para acceder a los medicamentos, y los tratamientos médicos costosos, y cómo dentro de los países “ricos” están aumentado las desigualdades, en gran medida por estos monopolios.
Lamata afirma que las grandes industrias farmacéuticas han pervertido el sistema hasta invertir un 16% de los beneficios que obtienen en investigación (muchas veces doblemente financiada porque recurren a universidades públicas) y en torno a un 21% en comercialización, “el resto es markéting y beneficio”, y ha puesto el ejemplo del medicamento que cura la hepatitis C, el Sovaldi, un tratamiento de 84.000 dolares cuando salió, cuyo coste de fabricación recuperó el laboratorio que lo comercializa en un solo año.

1.713 millones por algo que cuesta 42

En tratar la hepatitis C la sanidad pública española ha gastado en tres años 1.713 millones por algo que cuesta unos 42. Lamata ha dibujado un panorama en el que las farmacéuticas, abusando de su posición de fuerza en el mercado y de lo que considera “voracidad extrema”, cobran cincuenta, cien o hasta quinientas veces más por un fármaco.

No se investiga lo que no es rentable

Otra consecuencia es que no se investiga en aquellas áreas que no generan beneficios, como las enfermedades que todavía no se han erradicado en los países pobres, a las que las farmacéuticas dedican 4,4%.
También ha pedido reflexión a los asistentes a la jornada, y ha responsabilizado a los estados de permitir esta situación, puesto que “han dejado la investigación médica en manos de las farmacéuticas”.
Psiquiátra de formación, Lamata considera que a este ritmo de aumento en gasto farmacéutico la sanidad pública difícilmente podrá resistir, y sólo las personas con más poder adquisitivo podrán medicarse.
Según ha explicado pese a los enormes avances médicos la expectativa de vida de la población africana con respecto a la europea es de treinta años menos, por esa falta de acceso a la medicina. Y en países como España, pese a su sistema de sanidad pública, de diez años respecto a si se tiene un alto poder adquisitivo o no.
En la mesa redonda han estado además Noemí Flores, responsable de Cruz Roja provincial de personas en vulnerabilidad extrema, Rodrigo Gutiérrez, director general de Calidad y Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Junta, y el decano de Medicina José Emilio Felíu.