jueves, 19 de abril de 2012

(VIDEO) Director de la Oficina de Brasil acelera las “agro-patentes” y sabotea la estrategia de Brasil para RIO+20

Revista Novo
Logo de la Oficina de patentes de Brasil refiriendo a la agro-patentes


Las empresas transnacionales están depredando el Amazonas extrayendo su germoplasma y biodiversidad y contaminando el medio ambiente aunque algunos funcionarios del gobierno estarían contribuyendo con estas empresas.
En el supuesto combate contra el cambio climático global, el director de la oficina de patentes de Brasil (INPI), Jorge Ávila, también hará su contribución en sintonía con oficinas de patentes de EE UU, Europa y Japón, pues desde el 17 de abril, la institución de propiedad industrial de todos los brasileros está realizando un programa piloto de “patentes verdes” (“agro-patentes”) por el cual el plazo de examen de las solicitudes de este tipo de patentes se reduce a menos de 2 años.

Aunque el plan piloto está limitado a unas 500 patentes de "tecnologías limpias", estas son en su mayor parte pertenecientes a empresas extranjeras (no residentes en Brasil) relacionadas con energías alternativas, transporte, conservación de energía y gestión de residuos y agricultura, aunque no queda definido si tales patentes pueden o no dañar el medio ambiente, pues en los documentos no hay una evaluación científica de los impactos ambientales, sino que las solicitudes son, en términos jurídicos, una declaración jurada de las empresas que dicen reivindicar para ellos la explotación de un supuesto invento o innovación amigables con el medio ambiente.
Sin embargo, lo que llama la atención de los analistas y organizaciones especializadas en medio ambiente del país es que durante su  intervención en el Foro Social Temático en Porto Alegre, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aseguró que el país fomentará el desarrollo sustentable de la economía, orientada al beneficio de la sociedad aunque sin mencionar la protección de las “patentes verdes” como uno de los mecanismos para lograrlo. Por el contrario, Brasil e India han dejado entrever la posibilidad futura de someter las patentes de tecnologías verdes el régimen de licencias obligatorias por motivos de interés público (similares a los de salud pública previstos por el Acuerdo ADPIC y potencialmente aplicables a patentes farmacéuticas, pero de poco éxito en la práctica) a cambio de sus compromisos post-Kioto (Copenhague, 2009)  a partir de 2012. Esto constituye una flagrante contradicción de las políticas del gobierno de Dilma con las implementadas desde el INPI-BR.
Varios intelectuales, movimientos sociales y ONGs consideradan el plan de INPI como un sabotagem (sabotaje) ambiental  a Dilma porque la oficina de patentes  podría conceder monopolios a tecnologías cuyos efectos ambientales son desconocidos y potencialmente peligrosos para el medio ambiente.
La transferencia de tecnología patentada de los países del Norte a los países del Sur es la principal  propuesta que los países desarrollados y las organizaciones internacionales como el BID y la OMPI llevarán a Rio considerando  al cambio climático como una “oportunidad de negocios” para la compra-venta de "tecnologías limpias". Por ello, estas tecnologías solo pueden ser evaluadas por especialistas del Ministerio de Medio Ambiente o de otras Agencias del gobierno.
En la denominada cumbre de "economía verde" en Río de Janeiro, (RIO+20), se desarrollará un encuentro de presidentes  de todo el mundo quienes tratarán aspectos relacionados al Cambio Climático y el impacto ambiental, social, económico y político de las consecuencias del aumento de la temperaturas producto del actual patrón de producción, transporte, distribución y consumo de bienes y servicios en la actual fase del capitalismo globalizado.