lunes, 25 de abril de 2011

Las corporaciones diseñan su futuro con propiedad intelectual : Infeliz carta de ayuda enviada por nueve oficinas sudamericanas a la OMPI

 Observatorio Sudamericano de Patentes

Según la propia Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) -brazo especializado de la OMC, de los Estados Unidos y Europa- ha “reaccionado positivamente” al pedido de un grupo de nueve países de América del Sur – Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Suriname y Uruguay – de asistirlos en las actividades que desarrollarán para mejorar los servicios que prestan a los usuarios nacionales e internacionales del sistema de propiedad intelectual (P.I.) y que, en una primera etapa, ello supondrá compartir los resultados de los exámenes de las solicitudes de patentes así como otros recursos de P.I.
En realidad OMPI se ayuda a sí misma y a las corporación para las que trabaja y de las que cobra su presupuesto y los abultados sueldos de los abogados, técnicos e ideólogos que se encuentran viviendo en Ginebra, a cambio de evangelizar a los países sudamericanos (y el resto de la periferia) con el discurso demagógico que convoca a “diseñar el futuro”.
El pedido de “ayuda” a la OMPI figuraba en una carta dirigida a su Director General, el australiano Sr. Francis Gurry, y fue firmada de puño y letra por el Presidente de la oficina de propiedad industrial de la Argentina (INPI-Argentina), Sr. Mario Aramburu, en nombre de los nueve países. En la carta se informaba que los nueve países habían decidido llevar adelante un proyecto regional cuyo objetivo es “desarrollar una plataforma común que permita la integración, el intercambio de información y la compatibilidad de los sistemas de las nueve oficinas participantes.
” El proyecto lleva el nombre de “Sistema de Cooperación Regional en Propiedad Industrial” y se lo conoce por las siglas PROSUR. En la carta se pide la cooperación de la OMPI “para apoyar el desarrollo general del proyecto PROSUR … en su calidad de agencia cooperante y especializada”.
Fuentes cercanas a OMPI aseguraron que la decisión de que fuera la oficina argentina quien llevara adelante el pedido responde a bajar la exposición de la oficina brasileña dado la delicada situación por la que atraviesa su director, Jorge Ávila, quien ya ha sido acusado de defender intereses de laboratorios extranjeros, no así los demás representantes de las oficinas participantes, quienes desarrollan un doble juego: por un lado adoptan posiciones favorables al organismo internacional y las empresas globales –farmacéuticas y biotecnológicas principalmente- y por el otro lado afirman defender la propiedad intelectual y fomentar la innovación de sus países, hechos que son mutuamente excluyentes.
OMPI dice ser consciente de la preocupación general que causan la calidad de las patentes y la eficiencia del sistema mundial de patentes, ha desarrollado una plataforma tecnológica, denominada WIPO-CASE, que permite compartir los resultados confidenciales de las búsquedas y los exámenes entre las oficinas de P.I., la cual ya está siendo utilizada o evaluada por otros grupos regionales. De hecho, OMPI es consciente que el sistema de patentes tal cual ha sido diseñado por las multinacionales entró en colapso y, so-pretexto de disminuir la acumulación de solicitudes de patentes, coopta oficinas de países sudamericanos detrás de un proyecto que fue señalado como dudoso y perjudicial para los ciudadanos por varias ONGs de la salud y los alimentos, además de especialistas en P.I. de todo el mundo.
En verdad, el organismo mundial “cooperante” esta enlazando las regiones del mundo y armonizando el funcionamiento de las oficinas de propiedad intelectual hasta llegar a una convergencia en la “Patente Mundial”. En este punto los resultados de concesión de una patente de un país en vías de desarrollo o no desarrollado, quedará en manos de oficinas y examinadores de patentes de Estados Unidos, Canadá, Alemania, España, Australia o Gran Bretaña.
Aquí se acaba la soberanía de un Estado para diseñar su futuro en materia de desarrollo industrial nacional porque la propiedad intelectual es un medio de construir el desarrollo de los países más avanzados. La cooperación y plataformas de trabajo son instancias previas a la obtención del objetivo deseado por la OMC / OMPI: derrumbar las barreras que impiden el patentamiento de todas las tecnologías creadas por las empresas monopólicas globales.
El Sr. Gurry expresó su satisfacción por la colaboración que se han planteado esos nueve países de América del Sur. El Sr. Aramburu dijo que se trata “del primer paso hacia la integración de las oficinas de P.I. de la región”.
¿Que dirán los presidentes de estos países?