miércoles, 17 de enero de 2018

En España se presentan casi 25.000 solicitudes de patentes al año, pero solo 3.000 son nacionales; innovamos menos de lo que se debería"



 
Mariano Nieto, durante una charla.

Mariano Nieto Navarro es jefe del Servicio de Documentación del Departamento de Patentes e Información Tecnológica de la Oficina Española de Patentes y Marcas, con sede en Madrid.


-¿Cuántas solicitudes de patentes son presentadas cada año en España?
-Cerca de 25.000 pero de ellas tan solo tres mil son de origen español. El resto son patentes extranjeras cuyos titulares quieren extender sus derechos a España.



-¿Que inventen ellos, como decía Unamuno, o ya nos hemos puesto manos a la obra?
-En términos absolutos España produce menos patentes que países como Holanda, Suiza o Suecia, que tienen mucha menos población que nosotros. Pero hay que tener en cuenta la estructura económica de cada país. El nuestro, con mucho peso en el sector servicios. En todo caso, la industria española innova menos de lo que debería.
-¿Incapacidad técnica o falta de mentalidad?
-Tenemos industrias con proyección internacional pero no debemos olvidar que el 97% de las empresas españolas son pymes y en general ahí se innova muy poco porque además hay escasa cultura de protección a la innovación.
-Total, te lo van a copiar...
-Sigue habiendo mucho empresario que considera la innovación como un dinero perdido; hay mucho prejuicio porque la idea es que otros van a llegar por detrás, van a cambiar un par de cosas y se van a hacer con los beneficios del nuevo producto.
-¿Y no es verdad?
-No del todo. Si la patente está bien hecha y es fuerte no es tan fácil copiar. Pero, claro, tienen que existir estrategias de protección de tu propiedad intelectual. Aquí no hay una policía de patentes que ande vigilando si se copian o no productos; el que tiene que vigilar es el titular de la patente. No hace mucho, en un evento muy importante sobre telefonía móvil, el juez decretó el cierre de dos stands por el uso indebido de una técnica que estaba sujeta a los derechos de una patente ajena.
-Un dato llamativo de su charla: la mitad de la inversión en la Unión Europea en I+D sirve para investigar lo investigado y para inventar lo ya inventado.
-Es lo que se conoce como investigación redundante, por eso es tan importante asegurar la novedad de los resultados, asegurar la patentabilidad. Vivimos en un mundo de un desarrollo industrial gigantesco, con dos referencias estadísticas colosales como son China y la India. Por fortuna hoy tenemos muchas más posibilidades de conocimiento para saber qué hacen los demás.
-Cómo controlar lo que han patentado los demás.
-Relativamente sencillo a través de bases de datos internacionales. Todas las patentes del mundo relacionadas con una determinada tecnología están a nuestra disposición con un solo clic al ordenador. Esa tecnología está dividida en ocho grandes secciones, que tienen unas 70.000 subdivisiones. Funcionan unos códigos mundiales y un formato de publicación de patentes que está unificado en todo el mundo. Hay más de noventa millones de documentos de patentes.
-¿Cuánto cuesta la concesión de una patente nacional?
-Entre 1.200 y 1.400 euros. Hay que tener en cuenta que el uso experimental de tecnología patentada por otros es libre y gratuito. Otra cosa es que ese trabajo de "laboratorio" dé sus frutos, pueda existir una comercialización de la labor investigadora y entonces sí hay que hacer frente a los derechos de la patente ajena con la que se trabajó.
-¿Cuál fue la solicitud más absurda que tuvo en sus manos en la Oficina de Patentes?
-Quizá algunas relacionadas con mecanismos móviles perpetuos que se retroalimentaban. Recuerdo algún proyecto de estufas y una noria en aguas tranquilas. Son ideas inviables porque no se puede ir contra las leyes de la Física.
-¿Qué puedo patentar?
-Una idea que sea novedosa, susceptible de aplicación y que no entre en el ámbito de lo obvio. Si se quiere ser un poco menos ambicioso también se puede solicitar una patente de modelo de utilidad. El año pasado se presentaron unas 2.500 solicitudes en España.
-¿Qué son los modelos de utilidad?
-Son como pequeñas patentes. Objetos, aparatos y herramientas que implican ciertas ventajas de uso y fabricación. El famoso abrelatas campero, de uña, es un ejemplo de modelo de utilidad de los años sesenta. El hecho de que no siempre se producen grandes saltos técnicos con un determinado producto no supone que no pueda tener un gran éxito.