viernes, 15 de junio de 2012

“Piquete a las patentes”: trabajadores argentinos exigen mejoras salariales y denuncian clientelismo



Organismo duplicó ingresos por marcas y patentes pero eliminó beneficios a trabajadores

Prensa Industrial

 Trabajadores en las puertas del INPI-AR reclamando sus derechos

Buenos Aires.- Los trabajadores de marcas y patentes del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de la Argentina (INPI) se concentraron en las puertas de la institución impidiendo el registro de solicitudes de patentes y marcas para reclamar por la implementación de la carrera administrativa y la reimplantación de los beneficios anuales eliminados en 2011.


Los trabajadores resolvieron en Asamblea reclamar por un 15% de aumento adicional sobre el magro 20% (en dos cuotas de 10) para alcanzar así los niveles de inflación reales de la canasta básica estimados en un 35% anual. "Mientras aumentan las ganancias de las empresas transnacionales en el país, se nos niegan mejores condiciones salariales" dijeron los representantes de los trabajadores concentrados en las puertas del organismo. "Quieren cumplir con las empresas pero no con quienes custodiamos las patentes", agregaron.

Esta medida se realizó en el marco de un compromiso no cumplido por las autoridades del organismo que estancaron los ingresos de los funcionarios públicos de la propiedad industrial pero si duplicaron (desde hace 500 días según el reclamo) las tasas por registro de solicitudes de marcas, patentes, diseños industriales y contratos de transferencia de tecnología: los cuatro principales ingresos que el INPI recibe por cobro de arenceles provenientes en un 80% de patentes, un 50% de marcas y más del 80 % de registros de contratos de las empresas transnacionales.

En la normativa vigente aplicada desde la década del neoliberal gobierno de Carlos Ménem, las tasas percibidas son desviadas a las arcas del una cuenta única del Tesoro Nacional sin redistribuirse entre los trabajadores de la institución encargada de aplicar las leyes de propiedad industrial en territorio argentino.

La institución -que recientemente dicto una nueva normativa para el patentamiento de invenciones farmacéuticas- viene adeudando a sus trabajadores mejoras salariales y la aplicación de la carrera profesional largamente postergada (desde el 2005) para acabar con el clientelismo político-gremial y las injusticias en materia de recategorizaciones: práctica nefasta que azota a los más antiguos empleados del INPI-AR.

El organismo comenzo a acumular expedientes de marcas y patentes en trámite (Backlog), que es la causa de los mayores reclamos de los laboratorios extranjeros al gobierno argentino.

Pfizer, AstraZéneca, Elli Lily, Dupont y las empresas agroexportadoras y productoras de alimentos y semillas como Nidera, Monsanto o Cargill junto a OMPI y la embajada de Estados Unidos han presionado reiteradamente al gobierno de Cristina Kirchner para dejar en manos de oficinas extranjeras la concesión soberana de patentes, pretendiendo que la Argentina adhiera al tratado internacional PCT, perjudicial para el país según evaluaciones realizadas por los trabajadores de la propiedad industrial que reclaman mejoras.